Patrimonio de la Humanidad, título otorgado por la UNESCO desde 1985, la ciudad alberga el Santuario de Bom Jesus de Matosinhos. La fama se debe no solamente a la cuestión religiosa, sino también por salvar a uno de los más grandes patrimonios artísticos de Brasil, las espléndidas obras ejecutadas por el maestro Antonio Francisco Lisboa, el Aleijadinho. Son 12 profetas confeccionados en piedra-jabón, en el área externa de la Basílica, y 66 figuras en cedro en las Estaciones de los Pasos de la Pasión de Jesús Cristo. La actividad minera es la base de la economía local debido a los ricos yacimientos de mineral de hierro. El nombre deriva de una planta llamada "Congonha", la palabra tupí "Kô gôi", que significa "lo que sostiene" o "que alimenta". La planta se utilizaba ampliamente para hacer un té que, de acuerdo a la población, es beneficioso para varias enfermedades. Entre los atractivos naturales de la ciudad, la Cascada del Agua Limpia es un tobogán de agua natural. En el huerto senderos llevan a los visitantes hasta la cima de una colina donde se construyó un mirador. La Laguna de Agua Negra da la bienvenida a los visitantes en busca del efecto de luz creado por las luces de la ciudad. Sugerencias: En el Santuario de Bom Jesus de Matosinhos, en el área externa de la iglesia y las Estaciones de los Pasos de la Pasión de Jesús Cristo, están las esculturas de Aleijadinho. Hay 12 profetas en piedra de jabón y 66 figuras en cedro en las Estaciones de los Pasos de la Pasión de Jesús Cristo.

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